
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar"

SALVAGUARDIAS
Las salvaguardias en Nación de Paz son fundamentales porque garantizan la protección y el respeto de la dignidad de cada persona, en especial de los grupos más vulnerables como niños, niñas, adolescentes, mujeres y comunidades en situación de riesgo.

Implementarlas no solo fortalece la confianza de las comunidades hacia la organización, sino que también asegura que todas las acciones pastorales y sociales se desarrollen bajo principios éticos, de justicia y de cuidado integral.
De esta manera, las salvaguardias se convierten en un pilar que protege a quienes servimos, pero también a los equipos y voluntarios de la institución, consolidando un trabajo transparente, responsable y coherente con la misión de la Iglesia en la defensa de la vida y los derechos humanos.
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Presentamos a nuestro Vicariato Apostólico de Esmeraldas, parroquias, seminarios, centros de formación, comunidades religiosas, instituciones educativas, fundaciones, programas, proyectos y comunidad en general este sencillo documento. Lo hemos elaborado, cumpliendo el deseo del Santo Padre el Papa Francisco, en comunión de espíritu y acción con la Iglesia Universal, para abordar y combatir toda manifestación de acoso y abuso sexual en todos los espacios donde tengamos como destinatarios a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas en condición de vulnerabilidad.
DOCUMENTOS IMPORTANTES
La Palabra de Dios nos habla de cómo debemos cuidar y proteger a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad, amar y respetar a nuestros semejantes, ser responsables de nuestras acciones y asegurarnos de que se haga justicia, trabajar para prevenir el mal y promover la protección en nuestras comunidades. Estos textos que vamos a ver se destaca la importancia de prevenir el abuso sexual y el maltrato de adultos vulnerables y proteger a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad.
Contar con un formato de salvaguardias es esencial porque permite estandarizar y sistematizar la manera en que la organización protege a las personas y comunidades con las que trabaja. Este instrumento asegura que todos los procesos, proyectos y actividades se desarrollen bajo un marco de prevención, seguridad y respeto a los derechos humanos. Además, facilita la identificación de riesgos, la aplicación de protocolos de protección y la rendición de cuentas, lo que fortalece la transparencia institucional.
El Vicariato Apostólico de Esmeraldas se adhiere a las leyes y regulaciones nacionales e internacionales relacionadas con la protección de personas vulnerables. También cuenta con un código de conducta para su personal y voluntarios que establece los estándares de comportamiento ético y profesional para la prevención del abuso y maltrato.
Los comportamientos que se deben seguir y evitar en una organización religiosa son de vital importancia porque definen la coherencia entre la misión espiritual y la acción social. Adoptar conductas basadas en el respeto, la honestidad, la transparencia y la empatía asegura que cada intervención responda a los valores del Evangelio y a la dignidad humana.